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Día de muertos: El altar y su significado

El altar de muertos en nuestros días, tiene y se le debe dar un sentido profundamente cristiano, pues simboliza la muerte y la vida en Cristo Jesús y la esperanza en la Resurrección. Lo podemos colocar en un lugar de nuestra casa, de la siguiente manera (en cada parte de México es distinto el altar de nuestros debido a su cultura y tradiciones):

Altar de Muertos en Don Bosco

1. Se hace un camino desde la casa hasta el altar con semilla de pipián o los pétalos de flor de Cempazúchitl recordándonos que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida. Jn. 14, 6. La siembra de la flor de Cempaxúchitl (Cempoal significa el número 20 que es el número sagrado de la vida y zúchitl flor: aún así se le conoce como la flor de los 400 pétalos) se realizaba el día 16 de junio, fiesta de la Virgen del Carmen (intercesora de las animas del purgatorio) y se cosecha en las vísperas del día de muertos 1 y 2 de noviembre. Esta flor no se acaba, se seca pero siempre se mantiene firme, por eso, esta flor es la vida sagrada: cuando se seca ella misma sirve como semilla para dar vida. La celebración de muertos es la plenitud de la vida. Por eso es importante que las flores de los altares o de las coronas sean naturales, no de plástico porque lo natural nos recuerda que hay vida y esperanza.


2. El arco de palmas verdes, es la puerta, la entrada al Paraíso o la Iglesia (similar al día de ramos, en el norte y en Veracruz con la

tradición e las ramas se recuerda también). En cada arco tiene 7 canastitas llenas de dulces (cocadas, alfajores, tintines, jamoncillo) que son los 7 Sacramentos: son las gracias que sostiene a la Iglesia y riquezas del encuentro con Dios.


3. La luz de las velas, es la luz de Cristo que nos fue entregada en el bautismo y en la confirmación. El que nos ilumina en nuestra vida con su palabra pues es Él “luz del mundo; “el que lo siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” Jn. 8, 12.


4. Al centro se pone un Cristo, como símbolo de la pasión y muerte.


5. El pan de muerto nos recuerda las palabras de Jesús: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que Yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida”. Jn. 6, 50 - 51.


6. El vaso con de agua significa la regeneración del bautismo y Jesús mismo le dijo a la Samaritana: “todo el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna." Jn. 4, 14.


7. Los manjares (mole, tamales, hojaldras, buñuelos, jamoncillos, atoles, dulces, pepitorias, alfajores, etc.) es el banquete de manjares suculentos preferidos por el difunto.


8. Los utensilios son para recordar la actividad del difunto.


9. La ropa es revestirse de su nueva dignidad que desde el bautismo, se participa de la vida divina como hijo de Dios revestidos de Cristo, hasta la vida eterna.


10. El incienso o copal significa la participación de la vida divina.


Y no olvidemos la petición de los niños, que con su caja de cartón piden su "calaverita" como signo de caridad a ellos que colectan dinero para su ofrenda (o para sus dulces) así es como recordamos a los que se adelantaron al Reino Eterno.

De esta forma, a una realidad pagana se le da el sentido cristiano, es por eso que debemos recordar a los muertos no con tristeza sino con alegría, la misma alegría con la que están gozando de este banquete que nunca se acaba: el retorno glorioso a Dios Padre.


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