Cuando la alegría desborda el corazón
Así nos sentimos el pasado 26 de Noviembre cuando el Inspector de los salesianos, el padre Hugo Orozco, realizó la bendición de la nueva cocina del Desayunador Salesiano.
Pero, ¿por qué? Porque somos hijos de un soñador y uno de eso de esos sueños era ése justamente, tener un espacio adecuado, limpio, amplio para seguir preparando los desayunos para toda la población que se acerca diariamente a nuestra casa, ellos son personas de la tercera edad, personas discapacitadas, familias, niños, adolescentes, personas en movilidad y hermanos sin hogar, sin un techo donde vivir o pernotar.
A la vez, poder atender a nuestros albergados, hacerlos sentir en “casa”, que sientan el calor del hogar, esa sensación que muchos añoramos cuando estamos lejos y que muchas veces las situaciones que vamos atravesando se hacen un ambiente adverso, sin oportunidades, sin luz, sin puertas que se abran…
En ese “Servir al Señor con alegría” que, para nosotros es sumamente importante, el sueño de una cocina más funcional, amplia, era parte de esa sensación de poder “Servir” mejor al otro, un rico desayuno, comida o cena a todos nos agrada, si lo hacemos en un lugar correctamente acondicionado para ello, mucho mejor. A lo anterior, le seguimos poniendo, los sazones del buen trato, de la amabilidad, de los servicios que habitualmente damos y seguimos ampliando para que cada hermano que llega a nuestra casa se sienta parte y no extraño o extranjero…
¿Qué sigue? Sigue seguir caminando, seguir soñando, como decía nuestro padre Don Bosco seguimos “con los pies en la tierra pero la mirada en el cielo”, sí, es ahí, donde queremos llegar, y todo lo hacemos con amor a nuestros hermanos más necesitados, por esos, que no se escucha su voz, su llanto, su necesidad pero que los hijos de Don Bosco (que somos todos nosotros) no podemos ser indiferentes ante sus necesidades y antes de que nos pregunten decimos “yo voy”.
Les pedimos su apoyo, su oración, eso nos hace fuertes y nos alienta cada día más, para tratar de seguir construyendo un mundo, un México, una Tijuana, más humana, más solidaria, más empática con el que más lo necesitan.