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Que el Espíritu Santo humanice nuestras fronteras



Amigos del Proyecto Salesiano Tijuana, al iniciar el mes de junio 2020 les saludo con reconocimiento. Hemos celebrado la fiesta de Pentecostés. Fiesta del Espíritu Santo que nos mueve y lleva adelante en la vida con Cristo y la de la Iglesia; y por ello la vida de cada uno de nosotros en nuestro Proyecto Salesiano Tijuana.


Junto con el Papa Francisco miramos y sentimos en la propia vida. La realidad del COVID 19 junto con las graves consecuencias que ya son palpables incluyendo, el dolor, el luto, la falta de empleo, la falta de techos, la abundante pobreza y otras problemáticas más que nos acongojan, sin embargo, estas mismas no nos han detenido para continuar con nuestra labor. Es la realidad que se impone y que amenaza, la revitalización del futuro y que quisiera sepultar toda esperanza. En nuestra realidad se hace presente la angustia de personas vulnerables de todas las edades, que atraviesan la cuarentena en la más absoluta soledad y en la falta de toda ayuda. Nuestra realidad nos hace presente a familias que no saben ya cómo arrimar un plato de comida a sus mesas. También miramos en nuestro horizonte al personal de la salud y otros servicios que se sienten exhaustos y desbordados… esta realidad que parece tener la última palabra no ha podido callarnos, no ha podido detenernos ni paralizarnos.


Proyecto Salesiano Tijuana con colaboradores, voluntarios, bienhechores, y familias ha seguido en marcha con esfuerzo y sacrificio para permanecer activos, creativos, y haciendo una labor de cuidado social. En nuestras obras, en oratorios, parroquias, escuelas y en el desayunador hemos tenido que sufrir la pandemia; lo que más ha dolido de esta ha sido la exclusión y la indiferencia. Entre todos los que formamos esta familia de PST hubo generosidad y todos con espíritu cristiano y salesiano siguieron esforzándose, acompañándose y sosteniéndose para que esta situación sea menos dolorosa y llevadera.


En la generosidad y el servicio vimos la unción – la fuerza que viene del Espíritu Santo, Espíritu de vida que invocándolo transforma y recrea, sana y embellece la vida de todos. Así lo captamos en voluntarios, coordinadores, maestros y personal, en jóvenes dispuestos y sensibles y tantos otros que se animaron a entregar todo lo que poseían para aportar un poco de pan, de protección, de cura, de calma y alma a la situación.


Nuestras unciones, entregas, nuestra fuerza, nuestro velar y acompañar en todas las formas posibles en este tiempo, no son ni serán en vano; no son entregas para la muerte, ni resignadas a elaborarlas de forma poco profesional; son entregas que siembran vida y esperanza para todos, son alegría del Evangelio.


En este tiempo el Espíritu Santo nos ha ayudado a aprender que nadie se salva solo. Es la presencia del regalo más hermoso que Jesucristo nos ha dado que es el soplo del Espíritu que abre horizontes, despierta la creatividad y nos renueva en fraternidad para decir presente (o bien, aquí estoy quiero apoyar, quiero hacer una donación) ante la enorme e impostergable tarea que nos espera.


Concluyo invocando a nuestra Madre Auxiliadora que su presencia nos lleve a discernir y encontrar el pulso del Espíritu Santo porque sólo la fuerza del Espíritu podrá impulsarnos junto a otros a llevar las dinámicas que puedan testimoniar y canalizar la vida nueva que el Señor quiere generar en este momento concreto de la historia.


Director de Proyecto Salesiano Tijuana:

Padre Agustín Novoa Leyva SDB

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